El Plan de Empresa es un documento donde el emprendedor detalla información relacionada con su idea de crear una empresa. Este documento puede adoptar distintas formas... Hace unos años el Plan de Empresa se consideraba la herramienta fundamental para tener éxito al crear una empresa. Hace poco tiempo se ha empezado a decir que el Plan de Empresa no sirve prácticamente para nada. De hecho, los estudios realizados sobre experiencias reales en la utilización del Plan de Empresa no han llegado a ninguna conclusión definitiva.
Un plan muy bien acabado no garantiza el éxito de la empresa, aunque lo contrario tampoco es cierto. ¿Para qué sirve un Plan de Empresa?
Es evidente que la redacción de un Plan de Empresa debe tener alguna utilidad. Un emprendedor que pone en marcha su proyecto es una persona cuyo tiempo no debe desaprovecharse en esfuerzos inútiles.
El Plan de Empresa debe aportar algo al emprendedor, o si no mejor no gastar ni una hora en él. Además, redactar un Plan de Empresa lleva muchas horas de trabajo. Estas horas deben entenderse como una de las primeras y más importantes inversiones en la nueva empresa. De hecho la empresa ‘empieza’ en el momento en que se ponen por escrito las ideas del emprendedor.
Utilidad
El Plan de Empresa es una herramienta de diseño. Esto significa que a través del Plan de Empresa el emprendedor da ‘forma mental’ a su empresa antes de darle ‘forma real’. En lugar de tener todo en la mente, los detalles, las ideas y los números empiezan a tomar forma en un documento escrito. En el Plan se pueden hacer supuestos, simulaciones, etc., que en la realidad serían bastante ‘caros’ de comprobar. Es mucho más barato equivocarse en el Plan de Empresa que en la realidad. Sobre todo cuando la mayoría de los emprendedores solo disponen de recursos necesarios para una sola puesta en marcha. Hay que asegurar al máximo el éxito de la apuesta.
El Plan de Empresa es una herramienta de reflexión. Cuando ya se ha empezado a desarrollar el proyecto, incluso en las primeras semanas, la realidad se presenta con toda su crudeza. Aparecen cosas que no habíamos previsto, se descubren aspectos del negocio que no conocíamos, y un largo etcétera. Disponer de un Plan de Empresa ayuda, mucho, a reflexionar sobre el impacto de estas novedades en el negocio. Como en el Plan se expresan las previsiones de cómo debe evolucionar el negocio, a los pocos meses se podrá ver cómo varía la realidad sobre lo previsto, analizar las posibles causas y, si conviene, tomar las decisiones oportunas. Además, ya antes de emprender la aventura el promotor del proyecto habrá tenido que justificar con bastante detalle de dónde van a salir esos millones en ventas, en qué se va a gastar el presupuesto disponible, y sobre todo, por qué va a ser rentable la empresa.
El Plan de Empresa es una herramienta de comunicación. No todos los emprendedores empiezan solos. Por las razones que sean, muchos emprendedores comienzan su proyecto con otros socios. Los psicólogos hace mucho tiempo que han descubierto que varias personas pueden estar hablando horas, alrededor de una mesa, sobre un mismo proyecto y acabar entendiendo cada una de ellas una cosa distinta.
El Plan de Empresa sirve para poner por escrito, se supone que claramente, los distintos aspectos del negocio, y discutirlos de una forma objetiva y despersonalizada. También es muy útil para poner sobre la mesa temas difíciles de abordar directamente, por ejemplo quién asume qué responsabilidades, cuánto va a cobrar cada uno, etc. El Plan de Empresa puede representar, incluso, el compromiso que adquiere cada socio respecto a los demás. Evidentemente, que cada uno de los socios tome en serio o no lo discutido, es otro tema.
El Plan de Empresa es una herramienta de marketing. Como sucede muchas veces, el emprendedor no dispone de todos los recursos necesarios para empezar su aventura. Debe buscar financiación externa y ayudas públicas o privadas. En la mayoría de los casos, el Plan de Empresa es lo único que va a poder mostrar a los inversores externos. Incluso si se dispone de un prototipo de ese fantástico producto que se piensa comercializar, los inversores profesionales van a pedir más información sobre el negocio. De hecho, tendrán mucha curiosidad por ver cómo los promotores van a resolver, precisamente, todos los aspectos del negocio no relacionados con el producto (es decir: marketing, financiación, etc.).
Un Plan de Empresa coherente y ‘profesional’ demuestra que el emprendedor se toma el asunto en serio y que está capacitado para llevarlo adelante. También demuestra que el equipo fundador está equilibrado y controla todos los aspectos fundamentales de una empresa.