Es la asociación de dos organismos que se benefician mutuamente y a largo plazo sin ningún perjuicio. Los casos de simbiosis pueden ser permanentes, donde a los organismos participantes se les llama simbiontes. Algunas especies son tan dependientes entre ellas que ninguna de las dos puede sobrevivir sola. Es el caso de los líquenes donde el alga suministra energía y el hongo aporta soporte y protección. Si dos organismos que viven en simbiosis pueden separarse y vivir independiente se dice que esta relación es facultativa.
Se considera generalmente que existen tres tipos de relaciones simbióticas: el parasitismo, el mutualismo y el comensalismo.
Mutualismo: Anémonas de mar en la parte posterior de una concha de caracol, ocupada por un cangrejo ermitaño.
Las anémonas protegen al cangrejo y a su vez obtienen movilidad -y así una gama de alimentación más amplia- por su asociación con el cangrejo. Los cangrejos ermitaños, que periódicamente se mudan a conchas nuevas más grandes, logran que las anémonas se muden con ellos.
Pez limpiador quitándole parásitos a un mero
El mero mantiene quieta la boca mientras recibe el "tratamiento". Los peces limpiadores pueden aproximarse a peces de tamaño más grande con impunidad porque se alimentan de algas, hongos y otros microorganismos del cuerpo de los peces. Los peces grandes reconocen a los limpiadores por sus marcas distintivas y colores brillantes. Otras especies de peces, con el mismo aspecto de los limpiadores, pueden aproximarse lo suficiente a los peces grandes como para arrancarles de un mordiscón un gran trozo de carne.