Toda pretensión de llevar a cabo la dura tarea de poner en marcha una empresa ha de girar, necesariamente, en torno a una idea, una feliz idea que, de repente, o tras largo tiempo de pensarla, surge en la mente del que será promotor del negocio.
Esta idea puede surgir espontáneamente, y parecernos tan adecuada y viable que por sí sola nos decida a emprender la aventura de constituirnos en empresario. Pero puede también ser buscada a propósito, y así trataremos de inventar algo nuevo, sea un producto o un servicio nunca visto, o derivarse de proyectos de investigación, o bien surgir de la simple observación del entorno y las necesidades reales de mercado que hayamos advertido.
Pero una vez que tenemos la idea, son varias las preguntas que hemos de hacernos antes de seguir adelante con el proyecto:
El emprendedor es la persona que tiene la idea de negocio y se decide a llevarla a la práctica, hasta la creación de la empresa que ha de dirigir (aunque en ciertos casos esta función de ulterior dirección será llevada a cabo por otras personas).
Pero las cualidades que necesita poseer un emprendedor debemos hallarlas en cada uno si decidimos continuar con un proyecto. Es cierto que a primera vista solo parece relevante la confianza en uno mismo y en su idea, y en ocasiones así será, pero las dificultades que pueden encontrarse en la tarea hacen conveniente un previo examen de conciencia que nos indique si efectivamente se va a ser capaz de llevar el proyecto a buen término.
Todo emprendedor deberá disponer de capacidad para asumir grandes cantidades de trabajo y riesgos que no es posible valorar en toda su profundidad a priori. Asimismo, deberá poseer suficiente capacidad organizativa para poder gestionar un sinnúmero de variables. Y en cuanto a nuestra preparación personal, no estará de más poseer experiencia previa en el ámbito en el que pretendemos que se desenvuelva la futura empresa.
Empieza a ser evidente que crear una empresa no es solamente cuestión de mucha energía y ganas de trabajar. Se requiere un proceso de planificación, adquirir unos conocimientos más o menos generales, y sobre todo reflexionar qué se está haciendo y por qué.
Con el tiempo, los expertos en creación de empresas han desarrollado el concepto de Plan de Empresa, Plan de Negocio o Business Plan. Se trata de un documento más o menos formal, donde el emprendedor define y detalla todos los aspectos importantes de su negocio. En el Plan de Empresa se recogen las decisiones fundamentales que definen la empresa.
Cada emprendedor debe adaptar el concepto de Plan de Empresa a su propia forma de trabajar. De hecho, si bien la utilidad del Plan de Empresa consiste en facilitar un medio de discusión sobre el negocio para los socios, los bancos, las instituciones, etc. el objetivo fundamental de redactar un Plan de Empresa es que el emprendedor reflexione a fondo sobre el negocio donde va a gastar buena parte de su tiempo y su dinero.