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Sistema Inmune


La Inmunología es un disciplina dentro de la Biología que se ocupa del estudio del reconocimiento de "lo propio" frente a "lo extraño". ¿Qué significa esto?


La Inmunología es una ciencia relativamente joven. En 1796, Edward Jennerdescubrió una sustancia que ofrecía protección frente a una enfermedad, llamada viruela. A esta sustancia la denominó vacuna. Desde este momento, se puede decir que nace la Inmunología.

Inicialmente, la Inmunología estudió los elementos implicados en la defensa del organismo frente a ataques externos.

En una fase posterior, la Inmunología analizó, además, los procesos de transformación de células sanas en células tumorales, así como las respuestas del organismo frente a esas células, reconociendo estas células tumorales como unas células extrañas.

Actualmente, la Inmunología abarca también el estudio de las enfermedades autoinmunes, las alergias y los fenómenos de rechazo que aparecen en los trasplantes.

El sistema inmune, sistema inmunitario, es un sistema difuso, ya que está constituido por un gran número de órganos y tejidos diseminados por todo el cuerpo. Se encarga de elaborar la respuesta inmune frente a un antígeno.

La capacidad de resistir a un agente infectivo, ya sea por la defensa que realiza el sistema inmune o sea por otro tipo de barrera que defienda al organismo de la infección, se denomina Inmunidad.

Las dos principales funciones del sistema inmunológico son:

  • Reconocer las sustancias extrañas en el cuerpo (antígenos).
  • Los antígenos pueden ser micro-organismos que causan enfermedades infecciosas, órganos o tejidos transplantados de otro individuo, o hasta tumores en nuestro cuerpo.


Una de las funciones más importantes del Sistema Inmunológico es la protección contra enfermedades infecciosas.

Localización del Sistema Inmunológico

El Sistema Inmunológico se encuentra y tiene acceso en todas las partes del cuerpo. Sin embargo, los componentes más importantes del Sistema Inmunológico se encuentran concentrados en la sangre, timo, huesos, anginas, ganglios, médula ósea, baso, pulmones, hígado y los intestinos.

Cuando una infección empieza en un lugar que solamente tiene unos cuantos componentes del Sistema Inmunológico, como la piel, se mandan señales por el cuerpo para llamar a grandes cantidades de células al sitio de la infección.

Componentes del Sistema Inmunológico

Éste se encuentra compuesto de distintos tipos de células y proteínas, cada componente tiene una tarea especial para reconocer los antígenos y/o reaccionar en contra de ellos, algunos tienen como función única y principal el reconocer el material extraño, otros la de reaccionar y otros de reconocer y reaccionar en contra de los antígenos.

Como las funciones del Sistema Inmunológico son tan importantes para sobrevivir, existen mecanismos de respaldo. Si un componente del sistema faltara o no funcionara correctamente, otro componente puede hacer por lo menos algunas de sus funciones.

Los componentes del Sistema Inmunológico son:

Linfocitos B:
también conocidas como células B, son aquellas especializadas del Sistema Inmunológico y tienen como función principal producir anticuerpos (inmunoglobulinas o gamaglobulinas), se desarrollan de células primitivas (células madre) en la médula ósea. Cuando maduran, los linfocitos B se encuentran en la médula ósea, nodos linfáticos, bazo, ciertas áreas del intestino, y en menos extensión en el fluido sanguíneo.

Al ser estimulados los linfocitos B con antígenos, responden madurando en otros tipos de células llamadas células plasmáticas que producen anticuerpos.  Los anticuerpos son moléculas de proteína altamente especializadas y encuentran su camino hacia el fluido sanguíneo, secreciones respiratorias, secreciones intestinales, y hasta en las lágrimas.

Linfocitos T: llamadas células T, son otro tipo de células inmunológicas. No producen anticuerpos moleculares, dentro de sus funciones se encuentran atacar directamente antígenos extraños como virus, hongos, tejidos transplantados y actuar como reguladores del Sistema Inmunológico.

Al igual que los linfocitos B, se desarrollan de células madre en la médula ósea, temprano en la vida del feto, células inmaduras migran al timo, un órgano especializado del Sistema Inmunológico en el pecho. El Timo es esencial para este proceso, y los linfocitos T no se pueden desarrollar en el feto si no tiene Timo. Linfocitos T maduros dejan el Timo y se van a otros órganos del Sistema Inmunológico, como el bazo, nodos linfáticos, médula ósea y la sangre.


Fagocitos:
 Los fagocitos son células especializadas del sistema inmunológico cuya función primaria es ingerir o matar micro-organismos. Estas células, como otras en el sistema inmunológico, se desarrollan de células madre en la médula ósea. Cuando maduran, migran a todos los tejidos del cuerpo pero especialmente en la sangre, bazo, hígado, nódulos linfáticos y pulmones.

Existen diferentes tipos de fagocitos, los leucocitos Polimorfonucleares (neutrófilos o granulocitos) comunmentese localizan en la sangre y pueden migrar a sitios de infección en minutos,son estos los que se incrementan en la sangre durante una infección, son responsables de la formación de pus cuando se acumulan en los tejidos en las primeras horas de infección.

Complemento:
 El sistema del complemento tiene 18 proteínas que funcionan de manera ordenada e integrada para ayudar en la defensa contra infecciones y producen inflamación. Algunas de las proteínas del complemento las produce el hígado, y otras las producen ciertos fagocitos, los macrófagos.

Para realizar sus funciones de protección, los componentes del complemento deben convertirse de formas inactivas a formas activas, en algunos casos, los micro-organismos primero tienen que combinarse con anticuerpos para poder activar el complemento y en otros los micro-organismos pueden activar el complemento sin la ayuda de los anticuerpos.

Para detectar…

  • Ocho o más infecciones de oído distintas en un año.
  • Dos o más infecciones serias de sinusitis en un año.
  • Dos o más meses con antibióticos y con poco efecto.
  • Dos o más neumonías en un año.
  • Un niño que no sube de peso o que no crezca adecuadamente.
  • Abscesos recurrentes profundos en la piel o en otros órganos.
  • Infecciones por hongo en la boca o en la piel después del año de edad.
  • Que necesite antibióticos intravenosos para eliminar la infección.
  • Dos o más infecciones graves como meningitis, osteomelitis, o sepsis.
  • Historia en la familia de deficiencias inmunológicas primarias.