Existen dos niveles de entre los cuales se encuentran.
La primera es la actividad humana de búsqueda de conocimientos; de indagación de soluciones y de interrogantes. La segunda, de la actividad de búsqueda que se caracteriza por ser reflexiva, sistemática y metódica; tiene por finalidad obtener conocimientos y solucionar problemas científicos, filosóficos o empírico-técnicos, y se desarrolla mediante un proceso.
La investigación científica es la búsqueda intencionada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método científico indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.
Podemos señalar varias etapas de la investigación, entre las que se encuentran:
También se encuentran los elementos de la investigación, los cuales son:
Sujeto: es quien desarrolla la actividad, el investigador.
Objeto: lo que se indaga, la materia o el tema.
Medio: lo que se requiere para llevar a cabo la actividad. Conjunto de métodos y técnicas.
Fin: lo que se persigue, los propósitos de la búsqueda.
Para ser un buen investigador se requieren ciertas cualidades, en las que pueden destacar las siguientes:
Para que la investigación podamos considerarla como tal, debemos recurrir al método científico el cual consiste en una secuencia de pasos aceptados y adoptados por la comunidad científica. Se trata de un proceso sistemático y ordenado, aunque hay que señalar que algunos pasos pueden, en determinadas investigaciones, superponerse e integrarse, por ejemplo: en la investigación experimental las hipótesis se identifican una vez definido el problema de investigación; en cambio, en la etnografía la generación de las hipótesis no se efectúa hasta que se recogen los datos, pudiéndose volver a revisar cuando se analizan.