La lectura recreativa o de placer debe proveerse en el marco de la más amplia libertad. Es la base para la formación de hábitos, es la dimensión que forja las actitudes y decisiones para continuar leyendo o no toda la vida. Este tipo de lectura debe ser respetada como el espacio íntimo donde la persona ejerce su total autonomía. Es importante generar espacios y servicios destinados a satisfacer las necesidades de este tipo de lectura, teniendo en cuenta el perfil de usuarios.