“Un día cuando empezaba a bañarse, un forastero levantó una teja del techo y se quedó sin aliento ante el tremendo espectáculo de su desnudez. Ella vio los ojos desolados a través de las tejas rotas y no tuvo una reacción de vergüenza, sino de alarma”.
Fragmento de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
La novela es una forma de narración que tiene iniciación, nudo y desenlace. Es más extensa que el cuento y tiene sucesos reales y ficticios. Existen autores extranjeros que han influenciado a los nuestros.
La novela de aventuras es un estilo donde la trama siempre lleva una gran acción, como las escritas por Julio Verne, que siempre va unida la acción que interesa al lector en forma permanente. Verne se ha convertido también en profeta, ya que muchas de sus aventuras se han cumplido, como es el caso de La vuelta al mundo en ochenta días.
“El caserío sólo distaba unos cientos de yardas y teníamos la ventaja de que, en cuanto traspusiéramos la ensenada, ya no se nos vería; también me tranquilizaba que se hallara en dirección opuesta a aquella por donde había venido el ciego y por la que probablemente se había marchado. Recorrimos el campo en pocos minutos y eso contando que nos detuvimos alguna vez para escuchar”.
La novela de aventuras siempre tiene pendiente al lector, ya que en cualquier momento se presentan nuevas acciones.
Está generalmente narrada en primera persona, y en muchos casos el narrador es el mismo protagonista.
Siempre lleva elementos de género narrativo, como el espacio, el tiempo y los personajes.
En los elementos narrativos, y a medida que se desarrolla, se incluyen descripciones como la prosopografía, que es la descripción de la parte física de las personas.
La descripción del paisaje se llama topografía, y la del tiempo cronografía.
La etopeya es la descripción psicológica, y el retrato es la unión de la prosopografía con la etopeya.
Por ejemplo, la siguiente es una descripción:
“María era rubia, alta y blanca. Su espíritu era jovial. La casa que habitaba era amplia y blanca. El calor era sofocante pero el paisaje tenía un verdor intenso”.
En la novela también se encuentra el diálogo y el monólogo, cuando hablan varios personajes, conversan o dialogan. Depende el tipo de intercambio de comunicación.
En el monólogo es importante cuando habla el personaje con él mismo.
“¡Oh! selva esposa del silencio, madre de la soledad y la neblina, qué hado maligno me encerró en tu celda verde!”. La vorágine. José Eustasio Rivera
Como se puede apreciar, el cuento y la novela tienen mucha similitud. Pertenecen a la Narrativa, y generalmente son épicas. Como decíamos anteriormente, pertenece a uno de los géneros más trabajados y con mayores lectores.
En todas las reglas existen las excepciones: llueve, plebeyo...