La relación del hombre con la naturaleza es diferente según la cultura, por ejemplo, para los indígenas de la selva amazónica, no existe una división entre el ser humano y los demás elementos: plantas, animales y cuerpos de agua, pues ellos no se consideran ajenos o separados del planeta. En cambio, los herederos de las culturas clásicas de Europa y Medio Oriente, que conformaron la Cultura de Occidente han adquirido un saber científico-racional, en el que el ser humano se comporta como un observador objetivo de su entorno. Es decir, hay una división entre el ser humano y los demás elementos, lo cual ha llevado a la construcción de dos (2) conceptos fundamentales: la sociedad y la naturaleza.
Los seres humanos son considerados distintos de la naturaleza y los seres vivos constituyen un conjunto llamado naturaleza, el cual es necesario aprovechar, conservar, dominar o eliminar; concepciones que han existido en toda la historia de la humanidad. Así, el concepto de medio ambiente que se basa en la relación sociedad-naturaleza es un concepto puramente occidental.
Como la problemática ambiental es múltiple, es preciso establecer rasgos comunes que permitan comprender, a través del tiempo y la cultura, las diversas formas como los pueblos habitan el planeta.
Para comprender la relación del ser humano con la naturaleza, se debe reflexionar sobre el ser humano.
Un ser humano es un ser vivo (es decir, un ser biológico), entonces para mantenerse vivo se relaciona constantemente con su entorno, pues con él intercambia materia y energía. El ser humano consume oxígeno del aire al respirar, y necesita consumir alimentos para obtener energía, luz solar, agua, etc. A la sazón, es imposible pensar al ser humano fuera de estas relaciones vitales.
Así, se ha definido la relación del ser humano con su entorno como una relación biológica; pero igual que otras especies, el hombre se organiza socialmente para procurarse una relación más eficiente con el entorno y así obtener alimentos y economizar la mayor cantidad de energía. Ejemplos son: grupos humanos que trabajan conjuntamente en caza, agricultura, procesamiento de alimentos y construcción de acueductos, etc.
Con esto, se plantea el concepto de producción que es el proceso mediante el cual los grupos humanos efectúan actividades coordinadas para proveerse, principalmente, de medios de subsistencia: alimento, medicina y refugio, en este proceso, generalmente existe una transformación del entorno, tanto en la construcción de los elementos necesarios para producir, como en la organización del territorio; por ejemplo en la transformación de un bosque en un área de cultivo, etc.
Los elementos que conforman el entorno y utiliza el hombre para proveerse de los medios de subsistencia, como el agua, las plantas, los animales, el Sol, etc., se les brinda significados específicos, se les nombra y se les vinculan con valores morales (Chía la diosa Luna muisca), comerciales o estéticos.
Lo que quiere decir que las transformaciones materiales del entorno van acompañadas de transformaciones en las representaciones que la comunidad hace de éste. Por tanto, es posible verificar el proceso de producción en dos (2) niveles, vinculados entre sí: material y simbólico. Esta es la explicación del por qué son diferentes las formas de pensar la relación ser humano-entorno entre las comunidades indígenas colombianas y la sociedad occidentalizada.
Las sociedades no son un conjunto homogéneo de seres humanos, pues están fragmentados internamente. Esta fragmentación tiene que ver con edad, sexo, propiedad y oficio y determina divisiones dentro de la sociedad que hace que la relación entre los individuos y su entorno se diferencie por su participación en los procesos de producción material y simbólica.
Así, las relaciones entre los seres humanos y su entorno pueden ser diversas, dependiendo de la posición que ocupe un individuo dentro de los diferentes conjuntos de la sociedad y la red que éstos constituyen.
En este mismo orden de ideas, la división social del trabajo está influenciada por la división sexual (género), por ejemplo, en regiones de África, las mujeres son encargadas de recoger el combustible (leña); entonces, la transformación que genera la recolección de leña son las mujeres y no los hombres; igualmente, la relación ser humano-naturaleza que se lleva a cabo en la producción es diferente entre las mujeres y los hombres.
Un caso distinto se establece con la relaciones de propiedad; por ejemplo, en algunas regiones de Colombia, los terratenientes privilegian el establecimiento de la ganadería extensiva o el cultivo de coca; en lugar de actividades agrícolas o de protección ecológica. Esta situación plantea una relación particular entre la sociedad y su entorno.
Por otra parte, la relación social del saber genera relaciones distintas con la naturaleza; por ejemplo, las prácticas agrícolas tradicionales campesinas son transformadas al ser reemplazadas por la implantación de la investigación científica aplicada al desarrollo de semillas, agroquímicos (fertilizantes y pesticidas) y de la selección genética de especies en el laboratorio. La sociedad occidental contemporánea, al privilegiar la ciencia como saber dominante y al científico como legítimo poseedor del conocimiento, genera una relación especial entre la sociedad y el entorno, y especialmente, entre los científicos y la naturaleza.
Así se puede comprobar que no existe una única forma de interacción entre el ser humano y la naturaleza dentro de una sociedad, ya que las formas son variadas, dependiendo del papel que jueguen los individuos dentro de la sociedad.
Lo anterior nos lleva a decir que cada persona experimenta e interactúa de manera distinta con su entorno. No obstante, se trata de una red, que si bien la sociedad está fragmentada, los grupos interactúan directa o indirectamente, generando simultáneamente prácticas productivas (agricultura, minería, industria); prácticas reproductivas (crianza, curación) y prácticas simbólicas (representaciones de la naturaleza, el trébol de la buena suerte) las cuales se encuentran totalmente entrelazadas.
Resuelve:
Identifica en tu comunidad las distintas relaciones que las personas tienen con la naturaleza y si éstas se refieren a mediaciones como el género, la propiedad, el saber o la división del trabajo.
La sociedad se reúne en un conjunto de redes de acuerdo a su historicidad y un tiempo o época y territorio particulares, cuyo resultado es la formación socio-espacial (sociedad en un momento y en un lugar específico).
En esta relación socio-espacial se reúnen todas las prácticas y las relaciones sociales que tejen nuestra red; así, la conjunción de prácticas y relaciones sociales determinan una forma general de vinculación entre el ser humano y la naturaleza; lo cual incluye, las relaciones individuales y grupales con la naturaleza, que tienen lugar dentro de la sociedad. Esto es lo que permite diferenciar la relación ser humano-naturaleza entre los pueblos indígenas y las sociedades nacionales occidentales, o entre sociedades de distintos períodos históricos.
Otra perspectiva para observar la relación entre los seres humanos y la naturaleza es desde el análisis de la relación entre la población y los recursos naturales; éste es también un concepto construido históricamente en occidente. Su punto de partida es considerar las relaciones población-recursos naturales como ecológicas, similares en su comportamiento a las que tienen otras especies de animales con su entorno. Esta perspectiva intenta explicar el comportamiento de las poblaciones humanas respecto a su capacidad para conseguir del entorno los medios de subsistencia, que les permitan reproducirse.
Su lógica es la siguiente: Una comunidad que vive en un territorio limitado puede crecer en número hasta que la cantidad de alimentos obtenida del territorio alcance para satisfacer sus necesidades alimentarias. Más allá de ese límite, el hambre y las enfermedades que se desprenden de la malnutrición aumenta la mortalidad, reduciendo la población. Esta es la hipótesis de Thomas Malthus (1763-1834), quien propuso que la población crece de forma geométrica, por encima de la producción de los alimentos, que sería aritmética.
Resuelve:
Qué quiere decir Malthus, cuando dice que: “La población crece de forma geométrica, por encima de la producción de los alimentos, que sería aritmética.
El límite que los ecosistemas ponen al crecimiento de la población como lo entiende Peter Hagget, se conoce como capacidad poblacional del medio ambiente, lo cual se refiere al número de miembros de una especie dada (seres humanos), para quienes el medio ambiente posee la capacidad biológica de suministrarles alimento.
Para la ecología, la sociedad es una unidad y los medios de subsistencia consisten en la productividad del entorno; es decir, la cantidad de alimentos que se pueden producir tiene un límite ecológico.
Biológicamente, la población tiende a crecer de forma ilimitada; sin embargo, la capacidad poblacional actúa como límite ecológico para el crecimiento de la población. Por tanto, la diferencia entre la curva de crecimiento ideal y el límite, corresponde a la presión que el medio ambiente ejerce en el crecimiento de la población.
No obstante, la curva ambiental ideal de crecimiento no se presenta cuando la población llega o sobrepasa el límite del medio ambiente.
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Cuando la población alcanza el límite ecológico, comienza el ciclo explicado anteriormente. De esta manera la población fluctúa permanentemente respecto al límite.
Es visión ecológica de la relación entre el comportamiento y el crecimiento de la población humana y la disponibilidad de recursos naturales es difícil de verificar. Pero parte de considerar la Tierra como un recurso limitado, en un sentido ambiental “natural”: Con fertilidad decreciente o restringida y riqueza nutritiva de los alimentos restringida (uso permanente de las mismas variedades de especies); además, la forma de obtención de los medios de subsistencia se considera estática, al llegar al límite ecológico, por tanto, no habría mejoras tecnológicas que permitieran “extender” este límite para garantizar la alimentación de la población excedente e igualmente considera a la población como una unidad homogénea, es decir, no distingue cuáles sectores de la población sobreviven, cuáles migran, cuáles mueren, ni las interacciones entre los diversos pueblos, y no da respuesta a una dinámica integral ser humano-naturaleza.
Además del modelo ecológico, existen otras teorías y modelos para aproximarse a la relación entre la población y los medios de subsistencia, enfocados en el desarrollo técnico y tecnológico que logran las sociedades para aumentar la disponibilidad de medios de subsistencia.
Uno de los modelos es el de Esther Boserup, quien sugiere que al aumentar el tamaño de la población, la sociedad estimula cambios en las técnicas agrícolas, con las cuales se puede lograr un aumento en la producción de alimentos. Para Boserup, es necesario minimizar el tiempo de descanso en la rotación de las parcelas cultivadas y hacer los cultivos cada vez más intensivos en el tiempo y en el espacio, hasta cultivar permanentemente durante el año una misma parcela.
Formas agrícolas:
Las rozas en monte alto se refiere a una agricultura itinerante; se presenta cuando, dentro de un territorio de bosque o selva, se abre una parcela que luego es cultivada por un período de entre uno (1) y dos (2) años, para después dejarla en descanso 20, 25 años o más, tiempo donde el cual se restablecen el ecosistema y la fertilidad del suelo. Esta forma agrícola alimenta a pocas familias.
El cultivo de barbecho corto es un sistema de rotación en el que se divide el territorio en varias parcelas, las cuales generalmente se cultivan con dos (2) especies diferentes, mientras se deja descansar otra entre uno (1) y dos (2) años. En esta etapa, generalmente, se conserva una parte de bosque o selva sin roturar. Esta forma agrícola alimenta a comunidades medianas.
El cultivo permanente apunta a una agricultura intensiva donde todo el terreno es roturado; el cultivo es permanente, de una sola especie y el descanso de la tierra es de pocos meses o no existe. Se supone que esta forma agrícola, alimenta a la sociedad de grandes.
Las dos (2) primeras formas de cultivo son características de los siglos V a XV y la última corresponde a la actividad agroindustrial.
Así, la aproximación de Boserup muestra cómo el crecimiento de la población conlleva progresos técnicos que conducen a una mayor productividad de la tierra.
Tanto la perspectiva de Malthus como la de Baserup generan preguntas similares con respecto a la sostenibilidad ecológica de las formas de agricultura. El problema básico es que la expansión de los campos cultivados y el menor descanso de las parcelas lleven, hacia un futuro, la conformación de un límite ecológico planetario, una capacidad poblacional del medio ambiente limitada para todo el planeta y todos los seres humanos.
Resuelve
Explica las características del modelo de Boserup.