El Derecho a la Información Veraz
Los periodistas deben tener conceptos, principios y valores profundos, para aplicar la moral en sus noticias, comentarios, reseñas, artículos y todo tipo de expresión pública, para ayudar en la educación y la formación del pueblo, con base en la verdad. Por tanto, los individuos tienen el derecho a adquirir una visión objetiva de la realidad por medio de la información exacta y comprensiva, así como a expresarse libremente a través de los medios de cultura y de comunicación. La información veraz que se enfrente a informaciones inexactas o injustas implica medidas en el ejercicio periodístico que pueden convertirse en una amenaza contra la libertad de prensa.
Decidir lo que es verdad y lo que no lo es, no es tan fácil como pudiera parecer, pues está sujeto a muchas interpretaciones y a una infinidad de puntos de vista; ningún gobierno puede atribuirse calificar lo que es la información veraz.
El concepto de veracidad se compone de los siguientes elementos:
- Hechos comprobados razonablemente. No es veraz, por tanto, la noticia que se sustenta en rumores, invenciones o insinuaciones insidiosas. No hace falta que el hecho sea exacto o incontrovertible, ya que la naturaleza de la información periodística no requiere que la investigación del hecho sea tan exhaustiva como le correspondería, por ejemplo, a un policía o a un juez.
- Diligencia. Lo que le da veracidad a la difusión de un hecho es que el periodista haya sido diligente en su averiguación para dar la información de la forma más correcta, y tenido una actitud positiva hacia la verdad. Esto supone que el hecho haya sido comprobado de manera razonable con otros datos objetivos, o que el informador haya contrastado su veracidad al realizar las verificaciones oportunas.
- La veracidad. Por consiguiente, no se refiere tanto a la exactitud de la información como a la posibilidad de probar que el informador ha actuado con el celo suficiente para llegar a la convicción de que el hecho es razonablemente veraz. La información se ha de fundamentar en hechos ciertos, conocidos suficientemente porque se han comprobado o contrastado con otros datos objetivos.