A lo largo de la historia, los seres humanos han grabado en el paisaje sus acciones culturales, como los antropológicos, geográficos, económicos, políticos, ecológicos y de comunicación, ya que los pueblos construyen la espacialidad en términos de procesos productivos, formas de pensar y de organizar la sociedad, siempre tratando de “preservar la naturaleza” y de construir una cultura que se enriquece con las experiencias compartidas de los distintos pueblos del mundo.
Aquí se forma un solo campo de conocimiento, la historia de la naturaleza y de la sociedad humana, para vencer barreras que impidan comprender como se ha usado la naturaleza y cómo se ha adecuado la sociedad a la naturaleza.